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El ocaso del cocinero superestrella

Durante décadas, la figura del genio solitario en la cocina ha fomentado la creatividad culinaria y estropeado a los restaurantes con abusos...

martes, 23 de abril de 2024

El ocaso del cocinero superestrella

Durante décadas, la figura del genio solitario en la cocina ha fomentado la creatividad culinaria y estropeado a los restaurantes con abusos e injusticia.

Con la pandemia, el protagonismo absoluto del chef podría estar en su acto final.


 Imagina un gran restaurante. El chef, despierto al amanecer, espolvorea en una mesa de madera harina molida a mano. El chef bajo un foco de luz, selecciona flores de cebollín en el caos del paso, o aviva el fuego de leña bajo una hilera de pájaros brillantes y atados.

El chef está enfocado, pero todo lo demás —todos los demás— es un borrón intrascendente.

No necesito describir al chef. Es un hombre, probablemente. Un genio, definitivamente. Digamos que este genio es volátil, meticuloso, impenetrable, encantador, fotogénico. No solo administra al personal detrás de un gran restaurante. Él es el gran restaurante.

Durante décadas, el chef ha sido la estrella en el centro de la cocina.

 De la misma manera que la teoría del autor en el cine enmarca al director como autor de la visión creativa de una película, el chef ha sido considerado completamente responsable por el éxito del restaurante.

Todos los demás —cocineros, meseros, lavaplatos, incluso los comensales— son el telón de fondo, están ahí para apoyar esa visión.

Esta forma de pensar ha permeado la cultura de la industria en todos los niveles. Pero el poder de la idea del chef-autor se está desvaneciendo, y a medida que los trabajadores de los restaurantes se organizan y levantan la voz sobre lugares de trabajo abusivos, jefes tóxicos e inequidades en los salarios y prestaciones, queda claro que la industria de los restaurantes tiene que cambiar. El encumbramiento del chef al frente y al centro es relativamente nuevo.

Hasta hace unos 40 años, los chefs eran considerados poco glamorosos, duendes de la estufa escondidos detrás de las puertas batientes de la cocina.

Con pocas excepciones, no se los consideraba artistas ni visionarios. En general, no podían aspirar a las portadas de las revistas, ni acumular seguidores internacionales dedicados y de culto. No obtenían contratos para libros ni discutían su inspiración en entrevistas ni protagonizaban documentales ni contrataban publicistas para hacer desaparecer escándalos horribles.

En su libro de 2018, Chefs, Drugs and Rock & Roll, Andrew Friedman documenta la mitologización de los chefs y su surgimiento de la oscuridad. Escribe que antes de los años setenta y ochenta, los chefs eran “caballos de batalla anónimos”, en muchos casos no solo eran desconocidos, sino que se los consideraba intercambiables.

Los setenta iniciaron una transición y cambiaron la forma en que se percibía a los chefs en Estados Unidos. Cuando Wolfgang Puck se hizo famoso por su innovación en la cocina de Ma Maison, y luego abrió Spago, ayudó a marcar el comienzo de una era en la gastronomía estadounidense en la que los chefs se convirtieron en nombres —grandes nombres— reconocidos por el público fuera de la industria de los restaurantes.

 

A medida que los chefs se consagraron como autores, finalmente fueron reconocidos por su trabajo agotador y previamente infravalorado. También se les dio más espacio para Re imaginar platos y menús, para analizar cómo funcionaban los restaurantes, y para explorar quién Eran.

Hicieron que los restaurantes fueran lugares infinitamente más emocionantes para cenar y trabajar.

Cuando comencé a cocinar en restaurantes, a mediados de los años 2000, sumergiéndome voluntariamente dentro del sistema de brigada militar, el estatus del chef como autor era incuestionable, y la profundamente vergonzosa frase “la comida es el nuevo rock” se lanzaba por ahí casi sin ningún sentido de ironía.

Un chef para el que trabajé compartió páginas fotocopiadas de los libros de cocina de Ferran y Albert Adrià, en español, para que el personal pudiera estudiar las proporciones y las técnicas utilizadas en la famosa cocina de El Bullí. Fue emocionante, y muchos de nosotros experimentamos al soplar esculturas de azúcar isomalt o preparar gelatinas calientes.

Apareció en su influyente libro de 1990, White Heat, que mostró lo que era posible cuando un joven chef ambicioso y brillante alcanzaba el poder total: White escribió sobre su hábito de poner cocineros dentro de botes de basura para castigarlos, entre otras formas de intimidación.

Confesiones de un chef, de Anthony Bourdain, también se volvió canon. A lo largo de su carrera, Bourdain pidió atención y respeto a los inmigrantes, los trabajadores indocumentados y los muchos empleos mal pagados y soslayados que son esenciales para un restaurante.

Pero Bourdain también era una celebridad, y defendió un ideal romántico de ser chef como un tipo de trabajo brutal, increíblemente exigente, aunque en última instancia significativo, que exaltaba a los inadaptados, reuniéndolos en torno a un propósito, al menos durante el servicio de comidas.

Esta comprensión complicada y compartida de las cocinas de los restaurantes a menudo se usaba para justificar el trabajo y las horas, y las expectativas irracionales al servicio de la excelencia y la gloria. También explicaba las deficiencias graves y sistémicas del negocio y normalizaba culturas laborales abusivas.

En su libro de memorias de 2019, JGV: My Life in 12 Recipes, el chef Jean Georges Vongerichten escribe sobre la cultura que fomentó a fines de la década de 1980 en el restaurant Lafayette, que recibió una crítica de tres estrellas de Bryan Miller en The New York Times.

El viejo lavaplatos del restaurante, a quien en el libro llama “Sam”, había trabajado en el hotel durante 20 años, y se tomó un descanso de 45 minutos cuando un crítico estaba en el restaurante. Vongerichten, quien tomó el lugar del lavaplatos en el fregadero durante ese tiempo, estaba furioso. Mientras su jefe de cocina mantenía la puerta cerrada, atrapando a Sam, Vongerichten le dio una paliza.

“No estoy orgulloso de eso”, escribe Vongerichten. Después de que el lavaplatos fuera a seguridad a denunciar el abuso, la cocina cerró filas. “Todos en la cocina sabían lo que había pasado”, agrega. “Pero nadie dijo una palabra”.

Vongerichten llegó a tener renombre internacional y abrió 38 restaurantes en todo el mundo. El otoño pasado, The Jean-Georges Restaurant Group manejó a 5000 empleados; sus ventas de 2018 totalizaron 350 millones de dólares.

A medida que los chefs construyeron grandes negocios de restaurantes, a menudo denominados imperios, se convirtieron en marcas poderosas, capaces de ocultar el abuso, la violencia y la discriminación. Y si seguían ganando dinero para sus inversores, a menudo mantenían su poder, como en el caso de Mario Batali.

Batali se convirtió en uno de los chefs y propietarios de restaurantes de más alto perfil del país, abrió restaurantes populares, presentó programas en ABC y Food Network, publicó una serie de libros de cocina populares, y desempeñó un papel central en Calor, el vívido libro de Bill Buford publicado en 2007.

Pero en 2017, varias mujeres hablaron sobre el patrón de acoso y agresión sexual de Batali. No fue hasta 2019 que salió del Bastianich & Batali Hospitality Group y dejó de beneficiarse de los restaurantes que había establecido. De la misma manera, la chef April Bloomfield cortó su asociación con el dueño de restaurantes Ken Friedman en 2018, después de que fue acusado de acoso sexual, y ella admitió en una entrevista que no había hecho lo suficiente para poner fin al abuso.

La escritora Meghan McCarron describió recientemente el poder duradero de la teoría del autor, una forma de pensar sobre los restaurantes que ha tenido un costo tan difícil de medir como imposible de ignorar.

“En la versión subestimada de esta teoría en el mundo de los alimentos, los visionarios singulares todavía son vistos como los únicos arquitectos de la grandeza de un restaurante”, escribió McCarron.



 

sábado, 22 de abril de 2023

TALLERES DE GARNISH TEL 61370281.


Tallado de Frutas y vegetales con Arte por Chef yuri.
Garnish, así se le llama a todo el proceso de la presentación y decoración de los alimentos, cuya finalidad, además de mejorar el aspecto visual, resaltar y destacar las formas y los colores de estos, es poner de relieve sus aromas y sabores.
Este arte también llamado Muki Mono tuvo su origen en China en los siglos VI y VII durante la dinastía Tang (618-907), a partir de ese momento, la decoración por medio de la escultura en frutas y vegetales ha sido practicada en este y otros países del mundo.
Desde entonces, embellecer la comida por medio de la decoración de los mismos comestibles, hace que la presentación de los alimentos, desde la más sencilla hasta la más compleja, por medio del color, la belleza y la fantasía, genere que los chefs conviertan los platos en obras de arte.

Al respecto, Yuri Edmundo Cifuentes Rivera, instructor de Gastronomía En las principales Universidades de Panamá, expresó que a la hora de generar una buena presentación de un menú se deben desarrollar propuestas de servicios y estructuras que se salgan del paradigma de una mesa plana.
Además, manifestó que “darle a la otra persona el placer de ver el alimento en una presentación visualmente atractiva, diferente y llamativa, en el que percibir su olor lo cautive tanto que inmediatamente piense en llevarlo al gusto, pero al mismo tiempo lo ponga a pensar en lo hermoso del diseño hasta el punto que esos dos sentimientos encontrados compiten entre sí por verlo o comerlo, es la mejor recompensa que se puede recibir por el trabajo”.
Para el Chef Yuri Edmundo Cifuentes Rivera, el Garnish es un arte que cualquier persona puede aprender, no obstante, enfatizó que lo más importante que una persona debe tener es gusto por lo que va a hacer y sienta que puede plasmar una figura en cualquier elemento.
También señaló que otros de los requisitos son aprender técnica, gusto por el dibujo, constancia y práctica.

"Arte extraño el de nuestras necesidades que trueca en preciosas las cosas más viles."--
Un abrazo.

YURI EDMUNDO CIFUENTES RIVERA. Chef Garde Manger especialista en cocina internacional



 

Arte Extraño ..


Tallado de Frutas y vegetales con Arte por Chef yuri.
Garnish, así se le llama a todo el proceso de la presentación y decoración de los alimentos, cuya finalidad, además de mejorar el aspecto visual, resaltar y destacar las formas y los colores de estos, es poner de relieve sus aromas y sabores.

Este arte también llamado Muki Mono tuvo su origen en China en los siglos VI y VII durante la dinastía Tang (618-907), a partir de ese momento, la decoración por medio de la escultura en frutas y vegetales ha sido practicada en este y otros países del mundo.

Desde entonces, embellecer la comida por medio de la decoración de los mismos comestibles, hace que la presentación de los alimentos, desde la más sencilla hasta la más compleja, por medio del color, la belleza y la fantasía, genere que los chefs conviertan los platos en obras de arte.

Al respecto, Yuri Edmundo Cifuentes Rivera, instructor de Gastronomía En las principales Universidades de Panamá, expresó que a la hora de generar una buena presentación de un menú se deben desarrollar propuestas de servicios y estructuras que se salgan del paradigma de una mesa plana.

Además, manifestó que “darle a la otra persona el placer de ver el alimento en una presentación visualmente atractiva, diferente y llamativa, en el que percibir su olor lo cautive tanto que inmediatamente piense en llevarlo al gusto, pero al mismo tiempo lo ponga a pensar en lo hermoso del diseño hasta el punto que esos dos sentimientos encontrados compiten entre sí por verlo o comerlo, es la mejor recompensa que se puede recibir por el trabajo”.

Para el Chef Yuri Edmundo Cifuentes Rivera, el Garnish es un arte que cualquier persona puede aprender, no obstante, enfatizó que lo más importante que una persona debe tener es gusto por lo que va a hacer y sienta que puede plasmar una figura en cualquier elemento.
También señaló que otros de los requisitos son aprender técnica, gusto por el dibujo, constancia y práctica.
--"Arte extraño el de nuestras necesidades que trueca en preciosas las cosas más viles."--

Un abrazo.
YURI EDMUNDO CIFUENTES RIVERA.
Chef Garde Manger
especialista en cocina internacional


 

Nacemos para vivir..


 

martes, 26 de enero de 2021

La pandemia de COVID-19


La COVID-19 afecta de distintas maneras en función de cada persona. La mayoría de las personas que se contagian presentan síntomas de intensidad leve o moderada, y se recuperan sin necesidad de hospitalización.

Los síntomas más habituales son los siguientes:
Fiebre
Tos seca
Cansancio
Otros síntomas menos comunes son los siguientes:
Molestias y dolores
Dolor de garganta
Diarrea
Conjuntivitis
Dolor de cabeza
Pérdida del sentido del olfato o del gusto
Erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies
"GARNISH" O "ARTE MUKIMONO"

Todo ser humano se muestra maravillado, en cierto grado ante la presencia de la belleza por la naturaleza en el Mundo. Algunos incluso la aprovechan para su propio deleite. Otros en cambio por ese amor a la belleza le denominan GUSTO. -Pero Existen Otros que abrigan mas Amor. en tal grado que, no satisfechos con recrearse en ella, persiguen transformar los alimentos con Antiguas y Modernas Técnicas. A esas Técnicas de los Alimentos y de la belleza se le Denomina "ARTE CULINARIO".